Ubicado a pasos del icónico Centro Cívico y del Museo de la Patagonia, este acogedor alojamiento ofrece solo 10 habitaciones estilo cabaña con vistas al lago y la cordillera. Su atmósfera es íntima y familiar, con una atención cálida y personalizada que hace que cada huésped se sienta en casa. El hotel cuenta además con pileta, metegol y un restaurante con comida casera, ideal para relajarse después de un día de explorar Bariloche.